Ecos del Santo Reino se crea con la única intención de darme a conocer, solo pretendo poner una pincelada más al patrimonio literario de mi querida tierra Jienense.
Las imágenes que uso en este blog son tomadas de Google, en caso de que alguien se sienta invadido por favor hágamelo saber que serán retiradas de inmediato.




miércoles, 25 de abril de 2018

Un cacho de pan.




El médico me redujo la ración del pan. 
Los que endurecimos las encías, y probamos la fortaleza de nuestros dientes de leche mordiendo cortezas de pan; y caminamos detrás de nuestra madre, a la salida de la panadería, pidiendo un pellizquito y otro del pan que ella había comprado.
Los que saciamos nuestra hambre con un cacho pan o una rebanada, a veces espolvoreada de azúcar o con un chorreón de aceite y una onza de chocolate y algunas veces un chorreón de leche condesada.
Los que aprendimos a venerar el pan, recogiendo el trozo que se nos caía al suelo, soplándolo y besándolo como algo sagrado, pan bendito decíamos, antes de llevarlo a la boca. Y amontonábamos las migas que iban cayendo en nuestro regazo, mientras lo mordíamos, y las recogíamos en el cuenco de la mano y las estampábamos sobre nuestra boca abierta.
Los que a veces hemos matado el hambre de esta manera... no dejamos de mirar el pan con gratitud y de considerarlo el más noble de los alimentos.

1 comentario:

  1. También para mí el pan es sagrado y jamás tiro nada, si me sobra un trozo lo guardo para el día siguiente,no me importa comer pan duro o congelado y las migas se las echo a los pájaros que vienen a mi terraza.El pan con chocolate era un auténtico manjar al igual que con mantequilla y azucar o sobreasada y no digamos nada de lo bueno que era una tortilla francesa en un bocadillo.Saludos

    ResponderEliminar